domingo, 7 de abril de 2019

COPIA Y RESUELVE

CICLO ESCOLAR 2018-2019


ANÁLISIS DEL RESIDUO EN PROBLEMAS DE DIVISIÓN
v Resuelve los siguientes problemas:

1.- Doña Martha hace pastelitos y los empaca en cajas de 8 pastelitos cada una. Si tiene 259 pastelitos.

¿Cuántas cajas podrá empacar?                 

¿Le sobraron pastelitos?               

¿Cuántos?                 
2.- La maestra compró 31 cartucheras para sus alumnos y en cada una va a poner 12 lápices de colores. Si tiene 400 lápices de colores.

¿Podrá llenar todas las cartucheras?               

¿Le sobraron o le faltaron lápices de colores?


¿Cuántos?               
3.- En la papelería tienen 15 cajas de 12 lápices y 7 lápices sueltos.

¿Cuántos lápices tienen en total?                
4.- Doña Lucha coloca los huevos de su granja en cajitas de 12 huevos cada uno. Durante la semana recolectó 568 huevos y los empacó.

¿Cuántas cajitas llenó?                 
5.- Don Chuy sembró arbolitos de limón en su parcela. Hizo 15 surcos y en cada sembró 15 arbolitos. Después de hacerlo regaló a su compadre los arbolitos que le quedaron. Si había comprado 230 arbolitos

¿Cuántos regaló a su compadre?                   
6.- En la escuela “Independencia” se recibieron
200 butacas nuevas para los alumnos y colocaron 30 en cada uno de los 6 salones. Las restantes se colocaron en la biblioteca.

¿Cuántas butacas se necesitaron para los 6 salones?                      

¿Cuántas se destinaron para la biblioteca?

viernes, 5 de abril de 2019

IMPRIME, PEGA Y CONTESTA

CICLO ESCOLAR 2018-2019

IMPRIME Y PEGA EN LA LIBRETA DE ESPAÑOL

CICLO ESCOLAR 2018-2019

OBRAS DE JUAN RULFO 

v Lee los siguientes fragmentos:


“La cuesta de las comadres” El llano en llamas
“Pedro Páramo”

…El lugar no era feo; pero la tierra se hacía pegajosa desde que comenzaba a llover, y luego había un desparramadero de piedras duras y filosas como troncones que parecían crecer con el tiempo. Sin embargo, el maíz se pegaba bien y los elotes que allí se daban eran muy dulces. Los Torricos, que para todo lo que se comían necesitaban la sal de tequesquite, para mis elotes no, nunca buscaron ni hablaron de echarle tequesquite a mis elotes, que eran de los que se daban en Cabeza del Toro.
Y con todo y eso, y con todo y que las lomas verdes de allá abajo eran mejores, la gente se fue acabando. No se iban para el lado de Zapotlán, sino por este otro rumbo, por donde llega a cada rato ese viento lleno del olor de los encinos y del ruido del monte. Se iban callados la boca, sin decir nada ni pelearse con nadie. Es seguro que les sobraban ganas de pelearse con los Torricos para desquitarse de todo el mal que les habían hecho; pero no tuvieron ánimos.

“Un caballo pasó al galope donde se cruza la calle real con el camino de Contla. Nadie lo vio. Sin embargo, una mujer que esperaba en las afueras del pueblo contó que había visto el caballo corriendo con las piernas dobladas como si se fuera a ir de bruces. Reconoció el alazán de Miguel Páramo. Y hasta pensó: «Ese animal se va a romper la cabeza». Luego vio cuando enderezaba el cuerpo y, sin aflojar la carrera, caminaba con el pescuezo echado hacia atrás como si viniera asustado por algo que había dejado allá atrás. Esos chismes llegaron a la Media Luna la noche del entierro, mientras los hombres descansaban de la larga caminata que habían hecho hasta el panteón. Platicaban, como se platica en todas partes, antes de ir a dormir. -A, mí me dolió mucho ese muerto -dijo Terencio Lubianes-. Todavía traigo adoloridos los hombros. -Y a mí -dijo su hermano Ubillado-. Hasta se me agrandaron los juanetes. Con eso de que el patrón quiso que todos fuéramos de zapatos. Ni que hubiera sido día de fiesta,
¿verdad, Toribio?”



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